Nuestro viaje a Rosario

Luego que nos dieron la triste noticia, como conté antes, mientras buscábamos alguna alternativa nos fuimos a ver al Padre Ignacio.
Flo quizo venir a Rosario, estaba un poco débil porque recién salia de la internación pero ella queria conocer, queria salir.
Hasta el sábado a la tarde no supimos  si el padre iba a estar dado que andaba por la India, como todos los años para estas fechas.
Gracias a unos amigos de Rosario que nos hicieron los contactos con un colaborador del Padre, pudimos saber que finalmente iba a estar.
GRACIAS! FER, EDGARDO, SEBA,  y a OSCAR GARROTE (colaborador).
El sábado a la tarde partimos con Naty, las nenas y Flo.
El domingo 09:30 hs. estaba en la fila para entrar, fui solo porque no hacia falta que llevara a Flo, Oscar me habia pedido que le llevara una foto de ella y documentación para dejársela al Padre. Nos íbamos a encontrar después de la misa.

La experiencia que realmente me cambió...

La misa era a las 11:00, normalmente va mucha mucha gente, ese día estaba tranquilo supongo porque hasta último momento no se sabia si el Padre estaba. Yo estaba a 1 cuadra de la entrada, mucho orden, muy bien cuidado, obviamente como en todos lados los comerciantes dando vueltas vendiéndote lo que se te ocurra pero igualmente muy ordenado. El clima que se vivia era especial, te encontrás de todo, mucha gente con problemas serios, embarazadas, y gente que solamente quiere ser bendecida.
Hasta ahí estaba bien.
Un rato antes empezamos a ingresar, lo que sorprende es el orden, mucha gente colaborando. en orden de llegada te van acomodando en los bancos de la iglesia. En ese momento por primera vez vi al Padre Ignacio, estaba bendiciendo a una persona en el altar, sentí cierta desesperación y emoción, enseguida se fue y entro en un lugar cerrado con rejas. Me quede en el lugar que me dieron y esperé, luego salí a buscar a Garrote pero no lo encontré, lo vi nuevamente al Padre detrás de las rejas bendiciendo a personas pero no te dejaban entrar a ese lugar. Me volví a mi lugar.
Empezó la misa a cargo de otro padre, una misa muy especial, nunca habia asistido a algo asi, siempre son aburridas y muchas veces escuchas la mitad, esta no, fue muy fuerte y varias veces me hizo llorar, tenia la foto de Flo contra mi pecho. (obviamente yo estaba pasando por un momento angustiante y esto también te pone mas receptivo y  frágil).
Cuando terminó la misa, el Padre dijo pueden ir en paz, y nadie absolutamente nadie amagó a levantarse, yo estaba confundido dado que no esperaba tener una entrevista con el, sino que fui a una misa y a dejar los papeles y la foto para que luego las viera. Me quedé sentado, nadie se inmutaba hasta que a los 40 minutos apareció el Padre Ignacio rodeado de sus colaboradores.
Se paró en el altar y banco por banco empezaron a pasar, atendió uno por uno.
Mi desesperación y mi llanto eran incontrolables, sinceramente creia que me iba a desmayar antes de que tocara mi turno.
Personas que ya habían ido me daban consejos, -tenes un minuto no te quedes callado decile que te pasa-
 -anotate lo que te dicen los colaboradores porque no te vas acordar-  etc.
Mi turno- eramos dos filas paralelas, una de cada banco lateral, primero la vió a la chica que estaba al lado mio, la chica no dijo nada, se le acerco le toco el vientre y el Padre le dijo "hombre golpeador" y ella rompió en llanto, un muchacho que estaba atrás le dijo "por eso vinimos", el Padre la abrazó la palmeó en la cabeza y en la cadera como hace con cada uno que pasa y la apartó. Yo respiré hondo, lo miré y le dije -vengo por ella-  me agarró la foto me pregunto quién era -mi hija-, -tuvo leucemia, un transplante y ahora de nuevo leucemia y me dijeron que no tenían cura para ella- Le habló al colaborador me puso la foto en el pecho, me tiro una medalla dentro de la remera, me abrazó, me dijo unas palabras en otro idioma que no entendí, me palmeó y me apartó. Sincermente me desmayaba, me llevó una señora (colaboradora), me senté y me dijo:
-Tenes que frotarle esa medalla todos los dias 10 minutos en los talones, 10 en el corazón y 10 en la cabeza, si puede que tome agua bendita y esta oración es para que reces. Tenés medalla Vos me pregunto la señora, no le dije y me regaló una pero me aclaró muy bien -no las mezcles la que te dio el Padre es de Ella-. Me lo tuve que anotar, y me tuve que quedar un ratito sentado porque estaba rarísimo, voleado, tranquilo, no sé.
Cuando salí me dieron un vale para el agua bendita, compré un bidón y la retiré. A diferencia de otras iglesias que tenes que abrir la canilla, esta te la daban en una sala que tenían tres tanques grandes de acero inoxidable, dos con la leyenda "agua bendita" y uno "agua sin bendecir".
Me fui y en el auto estuve un rato mas porque no podía manejar.

Llegué al departamento donde estábamos, y le hice lo de la medalla, empecé por los talones y todo iba bien, cuando pase al corazón y en la cabeza, era impresionante como bostezaba, eructaba y me caían las lágrimas, quedé totalmente descompuesto y tuve que quedarme un rato sentado por los mareos que tenia.
Flo me dijo en un momento, -Pá parece que me estas exorcizando-, yo me reí y le dije -Yo estaba pensando lo mismo-.
Así fueron los primeros días, luego fue pasando.

A partir de ese día, me sentí diferente, realmente, y acordarme me hace sentir bien. No sé si le sirvió para algo a Flo, quiero creer que si,  no se lo que me dijo el Padre, pero sin duda se lo preguntaré y volveré a la Parroquia de la Natividad y le contaré lo que vivimos.

Desde ese día volví a rezar todos los días.

Ale.

La oración que me dieron (subrayé lo que me asombró de las palabras de Flo)

A Tí. Señora del Silencio y de la Espera Serena. A Ti María que siempre estuviste

dispuesta a decir Si a la voluntad de Dios; te pedimos que no dejes de interceder en

favor de tus hijos para que cumplan fielmente la misión que les fué confiada en el 

Reino. 

A Tí Virgen Madre, que concebiste primero en tu corazón y luego en tu seno virginal a

Jesús, haz que nuestras almas se llenen de la Gracia del Espíritu Santo, como tu vida

se llenó de su gracia. 

Preséntanos a Jesús, así como lo presentaste a los pastores y a los reyes, enséñanos 

el camino hacia El, ayúdanos a contemplar el gran misterio de su Amor. 

María Madre Misericordiosa. ruega por nosotros a Nuestro Señor Jesucristo. 

¡Oh Jesús! Ven a vivir en tus siervos, en el espíritu de tu santidad, en la plenitud de tu

poder, en la verdad de tus virtudes, en la perfección de tus caminos, vence al enemigo

con el poder de tu espíritu para la gloria del Padre. 

Jesús. hijo de María, tómame como hijo tuyo. Jesús príncipe de paz, dame tu paz. 

Jesús, mi redentor, sálvame. Jesús. mi único Juez. perdóname. 

Jesús, pan viviente del cielo, sé mi comida eterna. Concédeme que en toda necesidad

llegue a Tí con confianza y humildad diciendo: ¡Ayúdame! Cuando me sienta solo y 

cansado, cuando fracasen mis planes y esperanzas, cuando me sienta impaciente y 

me resulte difícil llevar mi cruz; cuando esté enfermo y mi cabeza y mis manos no

puedan trabajar. cuando otros me fallen... En todas mis dudas y tentaciones te suplico

que tu Gracia me pueda asistir en cada momento y siempre: a pesar de mis 

debilidades y faltas de toda clase, Jesús ayúdame y no me abandones nunca. 

Dios, Padre Nuestro que contemplas la Natividad del Señor, concede que la humildad

de los pastores, la perseverancia de los reyes, la alegría de los ángeles, la fidelidad de

María y la Paz del Niño Jesús, sean tu bendición para nosotros, hoy y siempre. Amén. 

PEDIR POR LAS INTENCIONES PARTICULARES, EN SILENCIO REZAR UN
PADRE NUESTRO, UN AVE MARÍA Y UN GLORIA.


Padre Ignacio.